Aviator: La Poética del Vuelo

Diseñé simuladores de vuelo hasta que entendí que el verdadero asombro no está en la cabina, sino en el algoritmo. Aviator no gira rejillas: vuela con corrientes turbulentes, multiplicadores momentáneos y física de jet. Cada ascenso es un campo vectorial: velocidad creciendo, riesgo calibrado por caos certificado por RNG. ¿El 97% RTP? No es publicidad: es datos transparentes como instrumentos de vuelo. El modo ‘cloud sprint’ no es solo alta rentabilidad: es inestabilidad controlada, como un piloto leyendo la cortante a 30.000 pies. Crecí bilingüe: nana española en un oído, código Python en el otro. Mi fe vino de mis padres católicos; mi entropía, de Silicon Valley. La fortuna no es divina: se calcula. Los nuevos jugadores empiezan con baja volatilidad—como leer instrumentos antes de un vuelo supersónico. Los veteranos buscan el modo ‘starfighter’: ciclos largos, multiplicadores brutales, donde un clic siente como afterburners encendiéndose. Sin trampas. Sin predicciones. Solo matemáticas disfrazadas de magia.